domingo, 22 de julio de 2007

LA ORGANIZACIÓN: UN RETO EPISTEMOLÓGICO EN LA GESTIÓN DE CONOCIMIENTO PARA LA COMPETITIVIDAD

LA ORGANIZACIÓN:
UN RETO EPISTEMOLÓGICO EN LA GESTIÓN DE CONOCIMIENTO PARA LA COMPETITIVIDAD


“Para poder construir tecnologías efectivas que permitan la gestion del conocimiento, es necesario comprender como los individuos, grupos y organizaciones lo utilizan…El reconocimiento del conocimiento y el capital intelectual como creadores de valor han establecido una nueva gama de conceptos que apuntan a las teorías y practicas de la Direccion” ( Ross, J. Von Krogh- The Epistemological Challenge)


En toda época y en todo tiempo pasado, presente y futuro, las sociedades humanas han debido dar respuesta a tres funciones básicas de subsistencia: la producción, la distribución y el consumo. Cada una de estas tres funciones ha sido el modo prevalerte que caracteriza y ha caracterizado a las sociedades humanas. De hecho, la existencia de estas tres funciones permite inferir que la “organización” siempre ha sido un concepto que ha estado implícito en el tejido humano. Sin embargo, la evolución de las sociedades humanas ha llevado a la construcción de un tejido social cada vez mas complejo, lo que ha implicado que estas tres funciones “naturales” de la sociedad, han sido tejidas y ligadas a los “artefactos” sociales tales como el comercio, el dinero que interactúan en lo que Polanyi denomina “el mercado formados de precios”, y lo que hoy entendemos como una “economía de mercado”.

La racionalidad económica desde la perspectiva de la función de producción lleva al hombre a comprender el “poder” del conocimiento y su influencia en una economía de mercado. De esta manera en el marco del conocimiento se da origen al concepto de la ciencia, la tecnología y la innovación.

De esta manera la ciencia, la tecnología y la innovación como producto de una racionalidad económica se refleja en la “organización productiva” , que imprime su énfasis en el control del capital físico (y todos sus procesos de transformación) como fuente de riqueza, sin embargo en la medida que la “ciencia” y todo su cuerpo de conocimientos avanzan traduciéndose en tecnologías, éstas permiten el desarrollo de innovaciones que dan un mayor significado y valor económico que el mismo capital físico, surgiendo la idea, que frente al capital físico, es mas importante sostener la ventaja competitiva que da el capital intelectual (Ross, J. Von Krogh, 1996).

Ahora bien, a mi modo de ver, la racionalidad económica ha llevado a la construcción de un sistema económico social predominante: El capitalismo. Este sistema bajo la premisa Mengeriana de la escasez de medios con respecto a fines, ha llevado a que la “inteligencia humana” agilice los procesos de producción de conocimiento (bajo los supuestos de optimización, maximización y minimización), desde entonces el efecto ha sido una transformación de las sociedades, acompañada de sus respectivas asimetrías reflejadas en las ventajas y desarrollos que se muestran en un país frente a otros y, porque no decirlo, en todo caso desde una perspectiva global, el conocimiento nos ha “segmentado” como países, como sociedades, como seres humanos. Estos efectos no vienen solos, tienen un impacto profundo en las estructuras mismas de las organizaciones productivas y no productivas. Sin embargo es en las productivas (las que se debaten en el marco de la competencia por los mercados) donde el conocimiento esta marcando la pauta en la creación de ventajas competitivas, como lo manifestase Motorola en su momento, estamos en la “edad de la mente”, llevando a lo que Ross J. Von Krogh (1996) ha denominado “The Epistemological Challenge”.

En este sentido, surge en la estructura organizacional, la figura de la Direccion de Conocimiento como el núcleo de la empresa que se relaciona íntimamente con el espísteme de la compañía o la organización. Así, se ha dado origen a categorías como: Capital Humano, Capital Intelectual, Red de Conocimiento, Creatividad, Información, Datos, Innovación, Tecnología, etc…


Es significativo que se comprenda, que la diferencia entre los países ya no obedece solo a la dotación de recursos naturales, sino también a la cantidad y calidad del conocimiento que produce, que agrega y que transforma ( Arrow, K,J.1962). Esto quiere decir, que lo que se esta comprometiendo desde la perspectiva de la producción de conocimiento en la organización productiva, es el “conocimiento tecnológico”, en otras palabras, la función de producción es una expresión de este conocimiento.

Sin embargo, la producción de este conocimiento tecnológico debe entenderse desde el marco de los retos de la globalización, de los retos de una nueva ética, y de la fragmentación especializada del conocimiento (Nasher F.B, 2001). En concreto, la organización en la perspectiva racional económica y con una función de producción que necesariamente expresa un grado de conocimiento tecnológico, debe enfrentarse desde el punto de vista pragmático a tres elementos fundamentales : la investigacion, la interpretación y la acción. Elementos que para que sean funcionales, deben estar orientados por el mercado, el personal y la organización.

O sea, el conocimiento tecnológico expresado por una función de producción, obliga a que la corporación, la empresa, deban transformarse en una “organización de aprendizaje” pero esto no será posible si la corporación no inicia por un curso de “calidad de personal” (Bente Elkjaer, 2001). Lo que implica, que la corporación debe tener una “visión compartida para que funcione como una organización de aprendizaje, como lo plantea Senge, 1990, “la visión compartida provee el focus y la energía para aprender”.

En este sentido, se recalca, que el aprendizaje no es solo un proceso epistemológico basado en la cognición individual, el aprendizaje debe también ser visto como una situación social. Toda acción de aprendizaje ocurre a través solo de los individuos y su participación en las comunidades de practicas que puedan desenvolverse en ambientes “lo suficientemente buenos”, sin confundir este ambiente con un escenario necesariamente de comodidad, sino por el contrario, comprender el ambiente suficientemente bueno como una factor para el desarrollo del aprendizaje organizacional que es motivado permanentemente por las situaciones de incertidumbre, como lo plantea Dewey :

“Si nosotros deseamos aprender desde nuestras experiencias, nosotros debemos aplicar nuestras habilidades como humanos para reflexionar sobre las relaciones entre nuestro actuar y nuestras experiencias presentes”


Ahora bien, el concepto de aprendizaje desde la organización presupone la habilidad para adaptarse al cambio. Desde esta perspectiva, la organización que aprende es una organización que se adapta al cambio y, el cambio desde el punto de vista macro emerge como un proceso de transformación de los países y puede ser solamente entendido desde las prácticas de los individuos y grupos en los niveles locales del sistema económico. (Bruce, Kogut, 203). Cabe entonces preguntarnos ¿que se entiende por cambio organizacional? Desde la posición de Rosenteill y Koch en el 2001, se comprende el cambio organizacional como “el aprendizaje que ocurre en una organización que produce reales o potenciales cambios, después un cambio en las relaciones a través de la acción organizacional y la responsabilidad medioambiental”. Sin embargo, desde esta posición, me atrevo a creer que no se tiene en cuenta el hecho que si el cambio proviene del aprendizaje organizacional, entonces el cambio debe contener implícita o explícitamente un componente de identidad organizacional. Porque como bien lo plantea Kogut: “El aprendizaje individual no es garantía de aprendizaje organizacional”. Esto se ve claramente reflejado en la visión ontológica del conocimiento, cuando expresa que, éste es creado solo por los individuos. Una organización no puede crear conocimientos sin individuos, por lo tanto, una organización solo aprende de individuos que aprenden.

En este contexto, es necesario considerar el hecho que la empresa, la corporación, no es un ente aislado de la sociedad, que como otros agentes, hace parte de su tejido social, y que el desarrollo del conocimiento tecnológico que la organización pueda desarrollar esta íntimamente relacionado con otros actores. También, desde la premisa que en el actual entorno económico, los que compiten no son los países sino las empresas, y que existen brechas de “conocimiento tecnológico” que una empresa no puede superar sola, sin el concurso de la “institucionalidad”. Esto, lleva a reflexionar ¿como la función publica interviene en el proceso para la producción de conocimiento, ciencia y tecnología en un país, de tal manera que se pueda adaptar al cambio? O, según lo planteara Margaret Graham., 1987, ¿Cómo podría la industria, gobierno y academia dividir los diferentes tipos de actividades científicas?
A nivel de países, se han creado entidades públicas con el propósito de gestionar e impulsar lo que podría llamarse un Sistema de Gestion de Ciencia y Tecnología, uno de sus propósito principales es la de a partir del capital humano, capital intelectual articulado a partir de las universidades y centros de investigacion, promover, impulsar las fronteras de la ciencia pero muy especialmente impulsar la innovación tecnológica. En este sentido, dos tipos de innovación tecnológica se reconocen como objetivos de estos sistemas: Las Innovaciones Radicales que generalmente son asumidas por centros especializados de Investigacion y Desarrollo; y la innovación incremental o de mejoramiento que son producto de la práctica cotidiana del trabajo organizacional. Sin embargo, los resultados en los diferentes países dista mucho unos de otros, pues al ser expresada la investigacion como una función de producción, esta se somete a la racionalidad económica que implica el asumir los costos de oportunidad, la focalización, que también es una función del grado de formación del capital humano, como lo plantea Margaret Graham: “se ha pasado de la ciencia de la industrialización a la industrialización de la ciencia”. Esto ha llevado al transito de una investigacion “individual” a una investigacion colectiva, de redes (Richard Wittington, 1999), que traen como consecuencia que el “cambio” desarrollo tres dimensiones: en estructuras, en procesos y en las fronteras o límites de las organizaciones. Encontrando aquí los nuevos “conductores” del nuevo escenario competitivo: La tecnología de información y la globalización. Esto lleva a que la “organización que aprende” deba hacerse a características tales como: la flexibilidad, el conocimiento, la creatividad y creación y la colaboración o asociatividad que les permite a las nuevas formas de organización producir conocimientos desde una teoría de la contingencia hacia una teoría de la configuración. Entendiendo la contingencia como toda variable externa, característica ambiental, factor circulante o fuerza influyente que pueda afectar el diseño efectivo de la organización, como lo expusiera Roli Varma (1995): “Existe una relación funcional entre las condiciones ambientales y las técnicas administrativas apropiadas para el alcance de los objetivos”. Manifestándose de esta forma, que no existe una teoría única para la solución de los problemas organizacionales.

La preocupación actual por la innovación, no es más que la respuesta de los agentes del mercado en especial los de tipo de organizaciones productivas que frente al rigor de la competencia se ven avocados en la adopción de estructuras cambiantes, procesos cambiantes y límites cambiantes. Tal como lo manifestase Schilling M.A, en 1998: “Para muchas empresas el desarrollo de nuevos productos es ahora el factor singular mas importante para conducir la empresa hacia el futuro”. Sin embargo esta presión del mercado para ser mas competitivo lleva a la organización moderna al necesario desarrollo de su “lado oscuro” y es precisamente aquel que tiene que ver con la relación entre “poder e individuo, como lo señalare Foncault: “una relación entre poder, saber y sujeto”.

Finalmente, la habilidad para desarrollar los nuevos productos innovadores puede ser una fuente de ventaja competitiva (Mc Adam R., 2002). Sin embargo el mayor énfasis se ha estado haciendo en el proceso de innovación, dejando a un lado el proceso de creatividad que tiene que ver con la “generación de ideas”. En este sentido, ventaja competitiva debería tener como mayor fuente antes que la innovación tecnológica, es la creatividad, entre otras cosas porque ser creativo e impulsar la creatividad es una actividad menos costosa que la implementación tecnológica. Pero estas ideas para la creatividad en la organización solo tendrán éxito sin son motivadas por el “conocimiento” (Amabile, 1997), en el marco de un ambiente lo suficientemente bueno y receptivo.





BIBLIOGRAFIA


· Arrow, K.J. «The economics implications of learning by doing», Review of Economic Studies, 29(junio), 1962, p. 155-173.
· Elkjaer, B. The learning organization: an undelivered promise. Management Learning, 32(4), 2001, p. 437-452.
· Graham, M.B.W. Another turning point for R&D, McKinsey Quarterly, Otoño87 (4), 1987, p. 22-35.
· Kogut, B. The globalizing learning economy. Administrative Science Quarterly, 48(1), 2003, p. 157-163.
· McAdam, R., McClelland, J. Sources of new product ideas and creativity practices in the UK textile industry. Technovation, 22(2), 2002, p. 113-121.
· Nasher, F.B., Ruhe, J. Putting American pragmatism to work in the classroom. Journal of Business Ethics, 34(3,4), 2001, p. 317-330.
· Ross, J., Von Krogh, G. «The epistemological challenge: managing knowledge and intellectual capital», European Management Journal, 14(4), 1996, p. 333-337.
· Schilling, M.A., Hill, C.W. Managing the new product development process: strategic imperatives, Academy of Management Executive, 12(2), 1998, p. 67-81
· Varma, R. Restructuring Corporate R&D: From an autonomous to a linkage model, Technology Analysis & Strategic Management, 7(2), 1995, p. 231-247.
· Whittington, R. Pettigrew, A., Peck, S., Fenton, E., Conyon, M. Change and complementarities in the new competitive landscape: A European panel study, 1992-1996, Organization Science, 10(5), 1999, p. 583-600.

CONOCER


“CONOCER[1]


“Conocer se valora en la actualidad como la posesión de los medios para predecir, controlar y manipular las cosas. Desde Francis Bacon eso ha sido siempre muy importante, pero nunca tan predominante hoy día” (David Bohm)

Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber. El placer que nos causan las percepciones de nuestros sentidos son una prueba de esa verdad. (Aristóteles-La Metafísica)



¿Cómo conocemos? El ser humano por naturaleza es adicto a la verdad. El conocimiento existe dentro de las personas, como parte de la complejidad humana y de nuestra imprediscibilidad (Ross y Vong, 1996, pp.333-337). Conocemos, porque el ser humano tiene la capacidad de cuestionarse, de ordenar sistemáticamente sus cuestionamientos y de sistematizar de forma lógica las respuestas que obtiene. Conocer, es simplemente el “acto de conocer”, comprender en primera instancia las “limitaciones y fronteras” de nuestro conocimiento, lo cual implica hacer un reconocimiento de nuestra ignorancia. Seguidamente, conocer, es pensar, pero el pensamiento a pesar de ser una acción natural en el ser humano, debe ser coherente y debe tener una fuerza motriz. Pensar por pensar, no produce el “conocer”, lo que infiere que el pensamiento debe ser coherente, lógico, y consistente, y que la fuente de este pensamiento es primera instancia “la idea”.

Ahora bien, si la idea es la fuente del pensamiento, pero éste, solo es propio del interior del hombre, entonces, ¿que nos hace pensar que el “conocer” proviene de una fuente distinta al mismo ser? En Sócrates encontramos el “conócete a ti mismo”, en Descartes el “Pienso , luego soy”; a pesar de que el primero hace referencia al reconocimiento de la ignorancia, y el segundo hace referencia al “ser” como fuente de conocimiento, ambos tienen en común que parten de lo mas interior de la ontología del ser humano. En consecuencia podría inferirse, que “conocer es un acto solo humano”, que todo lo que se produce por este acto es conocimiento, y que este conocimiento es en principio la materia prima que le permite al ser humano construir su complejo tejido de relaciones con el entorno y con el mismo.

Desde esta perspectiva, el acto de conocer y la forma de cómo se conoce, obedecen a la unidad del saber, del comprender y del actuar humano, sin que hasta este momento, se pretenda la aplicación de categorías de conocimiento. El ser humano solo sabe que puede llegar a conocer.

¿Por qué si el “conocer” es un acto natural del ser humano, el conocimiento se ha hecho cada vez más complejo? En su intento por comprender el universo y las relaciones del hombre con la naturaleza, el hombre ha creado la “ciencia” como parte del conocimiento y lo que en principio parecía ser la fuente en la unidad del “conocer” sistemático y coherente, ha desbordado su propia unidad y trascendido a un esquema de especialización que ha llevado a la “fragmentación” del conocer, provocando una ruptura en la noción de comprensión científica la que se hace incompatible con una actitud “fragmentaria de la realidad” (Borhm y Peat, 1998- p. 27). Sin embargo, a pesar de esta fragmentación y ruptura, no se puede pensar que la ciencia como un cuerpo de conocimientos científicos ha fracasado, de esta manera escribe Kuhn :

“Si la ciencia es la constelación de hechos, teorías y métodos recogidos en los textos al uso, entonces los científicos son las personas que, con éxito o sin él, han intentado aportar un elemento u otro de esa constelación concreta. El desarrollo científico se convierte así en el proceso gradual mediante el cual esos elementos se han sumado, uno a uno y en combinación, al acervo siempre creciente que constituye la técnica y el conocimiento científico” (p. 24)-negritas fuera de texto-

Expresa aquí Kuhn, con claridad, la existencia de hechos científicos que son llevados a la comprensión científica a través de teorías y métodos, y sin embargo a pesar de la existencia de una fragmentación del conocimiento, finalmente se puede re-encontrar la unidad del conocimiento en la combinación del acervo que se refleja en la aplicación de técnicas y tecnologías.

De este modo, el ser humano, se enfrenta a la pregunta de ¿Cómo produzco conocimiento?. Ya es claro que el hombre puede conocer, pero las relaciones complejas con su entorno físico, social, y espiritual, lo lleva a la necesidad de diseñar una arquitectura coherente que oriente su capacidad de pensamiento. Esto implica, que el ser humano, a pesar de que puede conocer de forma natural, este conocimiento solo podrá ser superior si logra ir más allá de la doxa, para llegar a la espísteme de las distintas formas de conocer.


De tal modo, que esta arquitectura ha sido construida a partir de un pensamiento científico orientado por un método, dando lugar a tres formas básicas: la deducción, la abducción y la inducción. Todas en busca de la “verdad científica”. Sin embargo, ¿que tanta verdad científica es necesaria al momento de estudiar lo humano en relación a lo humano, lo humano en relación a su entorno? La regla científica propone la evidencia como criterio de verdad (Descartes-Discurso del método), sin embargo, el material del conocimiento no es otro que ideas, luego estas ideas solo pertenecen a lo humano, por lo tanto, la verdad puede no solo ser observada a partir de la evidencia física-matemática, sino también de la “evidencia comprendida y aprehendida” que subyace alrededor de la “acción y el espíritu humano” en su vida individual y colectiva. Como lo diría Descartes: “Esta operación de conocer lo evidente o intuir la naturaleza simple, es la primera y fundamental del conocimiento”.

En consecuencia, ¿es la lógica y la matemática, la condición sine-cuanun para que el ser humano pueda construir un conocimiento verdadero que le permita establecer contacto con la realidad y la verdad científica? Desde el punto de vista de Bunge (1989), la lógica y matemática son el único medio con el que se puede establecer contacto con la realidad a través del puente del lenguaje tanto el ordinario como el científico. Sin embargo, David Bohn (1998), plantea que “es arbitrario decir que las matemáticas deben jugar un papel único en la expresión de la realidad. Las matemáticas solo son una función de la mente humana, y otras funciones, pueden con toda seguridad, ser igualmente importantes, incluso en la física.”. De igual manera , Alfred Korzybski, decía, que “las matemáticas son un esquema lingüístico limitado, que permite una extrema precisión y coherencia, pero al precio de una abstracción tan extrema que su aplicabilidad ha de tenerse cuidado de limitarse… porque la “cosa” es siempre más de lo que nosotros queremos decir y no se agota nunca con nuestros conceptos. Y, la “cosa” es también diferente de lo que queremos decir, aunque solo sea porque ningún pensamiento pueda ser absolutamente correcto cuando es ampliado de manera indefinida”. De esta manera, puede refutarse a Bunge cuando plantea que el carácter matemático del conocimiento científico es lo que lo hace racional. Pues esta claramente demostrado que la “razón humana” puede producir otras formas coherentes de racionalidad que también pueden aportar al avance del progreso “científico”
Finalmente, el hombre representa su universo, lo transforma según racionalice su interpretación y su significado (Peirce-1887), modifica permanentemente sus estructuras de aprender, aprehender y conocer, en su inagotable tarea natural de búsqueda de la “verdad”, que le permita la aproximación más cercana posible a la realidad, pero esto, solo en el marco de lo social, pues conocimiento científico o no-científico, solo tiene sentido si se reconoce en lo social, en lo colectivo como parte de su infraestructura y su cuerpo de ideas claras, sistemáticas, coherentes y lógicas.

BIBLIOGRAFIA.
· Aristóteles, Metafísica, Editorial Espasa Calpe S.A, colección ciencias y humanidades, Primera edición 2007.
· Bohn D., Peat, F.D; Ciencia, Orden y Creatividad: Las raíces creativas de la ciencia y la vida. Editorial Kairos, Tercera Edición, 2003.
· Caldwell, B.J. «Clarifying Popper», Journal of Economic Literature, 29(1), 1991, p. 1-33.
· Descartes, R. El discurso del método. [publicado en 1637].
· Eisenhardt, K. Building theories from case study research, Academy of Management. The Academy of Management Review, 14(4), 1989, p. 532-550.
· Eisenhardt, K. Theory building from cases: Opportunities and challenges, Academy of Management Journal, 50(1), 2007, p. 25-32.
· Kuhn, T.S., La Estructura de las Revoluciones Científicas. Editorial EFE (Fondo de Cultura Economica) segunda edición 2004.
· Mario Bunge, La Ciencia. Su método y su filosofía. www.philosophia.cl/Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.
· Peirce, Charles Sanders [artículos publicados en 1877-1878]. «The fixation of belief» y «How to make our ideas clear», in Charles S. Peirce: The essential writings, Moore, E.C (editor), Harper & Row
· Ross, J., Von Krogh, G. «The epistemological challenge: managing knowledge and intellectual capital», European Management Journal, 14(4), 1996, p. 333-337.
· Samuels, W.J. Signs, Pragmatism, and abduction: The tragedy, irony, and promise of Charles Sanders Pierce, Journal of Economic Issues, 34(1), 2000, p. 207-217.
[1] Orientado a la síntesis del objetivo de la sesiones 1 “Explorar los fundamentos filosóficos del conocimiento, analizar y discutir los mecanismos de estructuración del conocimiento y las implicaciones epistemológicas.