LOS ESPEJOS OPACOS EN LA ORGANIZACIÓN: LA MANIFESTACIÓN DEL ORDEN Y PODER EN LA EMPRESA
“Muchas veces nos acomodamos a una vida carente de compromisos y responsabilidades, mas allá de aquellos que nos dan de comer, es decir el trabajo. Todos estamos etiquetados para hacer aquello que nos corresponde en la cadena. El problema es que en ningún sitio esta escrito que la vida sea una cadena de producción. (Baltazar Garzon, 2005, p. 159.)
1. INTRODUCCIÓN
Los espejos opacos de la organización es una aproximación intelectual que busca poner en dialogo el sentido del “orden” en la organización con el sentido de poder específicamente en la construcción de espacios de poder al interior de las empresas.
La metáfora alrededor de los espejos opacos circula en torno al hecho que la empresa moderna en medio del sofisticado lenguaje del managament ha borrado o por lo menos ignorado el reflejo de su propio sentido en el marco de las sociedades actuantes. Hoy la empresa moderna reducida a las “ecuaciones de optimización y minimización” ha llevado lo humano a un escenario “cibernético” en donde confunde la maquina con la humanidad.
El espejo opaco, intenta mostrar la relación que se establece entre las percepciones del sentido del orden y la construcción de los espacios de poder en todos los niveles de la organización, la influencia de las categorías y sus construcciones. La permanencia del sujeto al interior de cada individuo y la lucha de contrarios entre el ser y el hacer productivo.
La pregunta que guía esta reflexión es por lo tanto la siguiente: ¿Por qué el sentido del orden percibido y orientado en las empresas a partir de sus estructuras se constituye en fuente para la construcción de espacios de poder al interior de las organizaciones?
Responder a esta cuestión no es tarea fácil, y el autor es consciente de que la tarea es apenas en este momento de aproximación intelectual, toda vez que la acción deductiva de la cual parten los razonamientos expuestos da pie para ser interpretados de diversas formas, y no estarán libres de contradicción. Sin embargo, el propósito orientador es precisamente el promover un estado de pensamiento activo alrededor de temas sensibles a los seres humanos y en especial a los seres humanos organizados en el marco de una empresa como unidad de estructura social de un sistema productivo que debe sostenerse en los escenarios de competencia de mercados.
¿Como entender entonces en el razonamiento expuesto, el sentido que se desea dar a la expresión “espejos opacos”?
Con el fin de evitar malas interpretaciones del sentido que el autor desea dar a sus razonamientos, debe entenderse el “espejo opaco” como aquella falta de “re-flexibilidad y re-flejebilidad[1]” por parte de las organizaciones[2] en las empresas para reconocer que el orden establecido tiene una influencia en la construcción de espacios de poder en los distintos niveles de la organización, y que estos espacios están sujetos a la construcción de categorías mediadas por las circunstancias del lenguaje y sus sistemas de representación en los procesos de comunicación e interacción entre los seres humanos organizados para cumplir funciones de la organización que apuntan a objetivos generales de la misma en busca de su propia subsistencia.
En consecuencia, el espejo opaco también manifiesta la deficiencia del ser humano para verse reflejado al espejo sufriendo de un efecto “drácula[3]”, tal que, existe pero no se reconoce a si mismo o desconoce de si mismo lo que debiera conocer como mínimo para obtener su propio reconocimiento y es ajeno en su sentido de existencia frente a los demás como parte de una organización y no como parte de una función económica de maximización u minimización.
Es en este sentido, que los razonamientos serán abordados desde la perspectiva de la manifestación del orden en forma general, el sentido del poder en la empresa desde la perspectiva de la construcción de espacios del mismo, un intento por poner a dialogar el “orden y poder”, y algunas reservas intelectuales por parte del autor.
Finalmente, no está de más hacer reconocimiento público de respeto por todos aquellos pensadores que con esfuerzo logran construir un orden escritural con el que expresan sus líneas de pensamiento. Escribir no es tarea fácil, sobre todo escribir pensando, hilando y construyendo ideas que puedan tener sentido y contenido no sólo para quien las diseña sino para quien tiene a bien leerlas.
2. MANIFESTACIONES GENERALES DEL ORDEN EN LA ORGANIZACIÓN
La primera consideración lógica es preguntarse ¿Qué es el orden? ¿Qué se entiende por orden? ¿Cómo se constituye el orden? ¿Por que el ser humano necesita de un orden para actuar en sociedad?
La paradoja científica sobre el orden, es, que éste proviene del caos, del Bin Bang celeste que pone en existencia a nuestro planeta y el universo que lo rodea. Los mismos griegos daban un orden a sus dioses y su universo, los pitagóricos concibieron un orden geométrico, y Descartes nos provee de un orden cartesiano. Lo inquietante, es, que al parecer el sentido del orden ha estado acompañando al hombre en todo su caminar histórico y la riqueza de éste, radica en que no tiene una posición absoluta en el universo y mucho menos en el “universo que compromete la interacción humana en sociedad, pues el sentido del orden a escala humana no necesariamente debe coincidir con el sentido del orden a escala del universo. No obstante, el hombre en su “falta”, y su “apetito por el dominio de todo lo que lo rodea”, realiza todos los esfuerzos posibles para que el sentido del orden a escala humana sea tan parecido al sentido del orden del universo, buscando ajustar leyes físicas a leyes que sólo le corresponden al ser humano. Bohm y Peat expresan esto con sentido diáfano desde la perspectiva del lente del hombre de ciencia, cuando expresan:
“La noción de orden, va mas allá de los limites de una teoría concreta, empapa toda la infraestructura de conceptos, ideas y valores y entra en el marco mismo en el que se producen el pensamiento y la acción del hombre… Las nociones generales de orden juegan un papel tremendamente significativo en la totalidad del pensamiento y las acciones humanas. Cuando las ideas de orden cambian de manera fundamental producen un cambio radical en el orden global de la sociedad. ( Bohm y Peat, 1998, p. 121-122)
En consecuencia, el orden, puede ser entendido como un sistema acordado por el colectivo humano en un espacio y tiempo determinado, con base en su propio sistema de creencias a partir de la idea de realidad que asimilen en su propio contexto, el cual opera en la infraestructura tacita del conocimiento humano (Bomh, Peat, 1998, p. 123).
De esta manera la historia de la humanidad refleja la concepción del sentido del orden en cada uno de sus momentos históricos. Tal es el caso de la visión griega de Aristóteles cuando manifestaba el sentido de un orden eterno de perfección creciente que iba de la materia terrestre a la celeste. Un elemento característico de este orden percibido es que cada objeto tiene un lugar adecuado en el “orden de las cosas”.
La visión histórica del mundo en el estadio medieval, manifiesta la esencia de un orden atemporal en el que cada cosa tiene su lugar, de modo que incluso el orden temporal de la historia puede acomodarse dentro del orden atemporal (Bohm, Peat, 1998 123). Desde esta perspectiva el hombre hallaba un lugar con significado único para su vida que abarcaba en su entendimiento su relación con el universo, con la sociedad y consigo mismo. Este puede ser llamado el “orden teológico” que oriento durante siglos la relación entre los hombres y la construcción de sus espacios de poder en el contexto del dominio y subyugación de la voluntad humana a los preceptos teo-céntricos, con el propósito final de mantener un control que les favoreciera la reproducción de sus estructuras de poder y estilo de vida[4].
Vemos en la concepción griega y medieval una estrecha relación topológica entre el sentido del orden y el desarrollo de espacios de poder: el poder al servicio de la relación con lo eterno, lo inmutable, con un universo constante, sin cambio. O sea, el poder al servicio del orden, y el orden al servicio del poder.
A partir de la ruptura provocada por las manifestaciones de Copernico, el orden teo-céntrico inicia su derrumbe para darle paso al surgimiento de un “orden secular”, con la característica, que éste entendía no la eternidad del tiempo, sino el tiempo como movimiento, en el cual ya es imposible pensar que cada cosa tiene su lugar y cada lugar es inmutable. Reforzado este sistema de creencias a partir de la mecánica de Newton. Así lo exponen Bohm y Peat:
“Dentro del nuevo orden secular todo estaba colocado en universo mecánico, inmenso y con falta de propósito, indiferente a los valores y al destino humano, y en lo que la tierra misma estaba perdida, como una simple mota de polvo” (Bohm, Peat, 1998 p . 124)
Por lo tanto, el nuevo orden secular manifiesta una transformación sustancial en el orden de la vida humana en particular y de la sociedad en general. Siendo uno de sus transformaciones sustanciales el amplio desarrollo de la ciencia y la tecnología. Sin embargo en la perspectiva de la mecánica de Newton con un sentido del orden absoluto no desaparece el orden eterno por completo, pues bien lo manifiesta cuando expresa: “El espacio es el sentido eterno de Dios y el tiempo uniforme fluye a través del universo[5]”.
Luego, Descartes fortalece el nuevo orden secular introduciendo el concepto de “coordenadas” “las cuales pueden ser imaginadas como redes que pueden localizar puntos en el espacio[6]” (Bohm, Peat, 1998, p 124). En esta perspectiva cartesiana se construye así el sentido básico del nuevo orden secular en el que se desarrolla el movimiento mecánico.
Aparece aquí, una nueva evidencia de la relación entre “orden y poder”, pues el sentido de la mecánica como movimiento actúa en la construcción de las relaciones entre los hombres[7]. La atomización del espacio es llevada a la atomización de las relaciones de comunicación en el seno de la estructura social; la pobreza y la riqueza se convierten en el sentido de un nuevo orden basado en la línea racional de una economía que aprovecha éste para establecer su posición dominante en la construcción de nuevos espacios de poder dentro y fuera de la empresa, y expresada en las estructuras organizacionales a través de las manifestaciones de jerarquía.
De la misma manera, este nuevo orden secular, permite el afianzamiento en el transito de una comunidad orgánica a una comunidad mecánica en el entendido por Durkheim: La comunidad orgánica como producto de la solidaridad orgánica en la que la responsabilidad era asumida por el grupo; y, en la comunidad mecánica que provee espacio de poder a una responsabilidad individual vigilada por un sistema de leyes y creencias. Expresando esta transformación de la siguiente forma:
Figura 1. Cambio de orden de la comunidad a la sociedad
Fuente: elaboración propia
Este nuevo orden reconocido en la categoría de “sociedad” construye sus propios espacios de poder bajo las circunstancias en las que esta nueva sociedad debe modificar su conducta en lo que respecta al modo de producción, distribución y consumo, como lo manifiesta Nathan Rosemberg y L.E Birdzell Jr. En su obra “Grew Rich: The Economic Transformation of de Industrial World: “Los espacios de poder a los cuales se les da apertura están demarcados por las características de un libre Mercado, la existencia de propiedad privada, dinero, depósitos bancarios, facturas de intercambio, libre organización económica empresarial.,etc”…
Es en este nuevo orden, en el cual las consideraciones económicas adquieren un status superior frente a las consideraciones estrictamente humanas y sociales, se demarcan los espacios de poder, el primero de ellos establecido por el grupo de necesidades, y el segundo por la escasez de los medios de producción. En esta encrucijada la acción humana a partir del trabajo organizado (no sin antes haber probado las experiencias esclavas) aborda una gestión económica que vincula a una “comunidad económica (como economía de consumo) con una economía lucrativa.
Figura 2. La comunidad de consumo y la comunidad lucrativa en el nuevo orden
Fuente: Elaboración propia.
Por lo tanto el nuevo orden establecido ofrece las condiciones necesarias para el surgimiento de nuevos espacios de poder en las esferas del quehacer humano. La actividad productiva presupuestada como meta general en el marco de la primera “Revolución Industrial” favorece en la perspectiva de la “fabrica” los procesos de alienación humana del sujeto en “falta”, llevándolo al extremo de su concepción como individuo, en “pecado constante” por el tiempo ocioso que pudiese este dedicarse a si mismo o a su familia. Este primer momento, en la primera fábrica, el “espacio cerrado[8]” disciplina por el cuerpo y por el alma, al individuo lo concentra en sus habilidades repetitivas y lo pone a competir con el tiempo y con el hambre, acorralado por estructuras tacitas de su medio cultural:
“La gente tiende a aferrarse a la estructura tacita de su medio cultural de modo que se resisten a todo cambio social de manera ciega y a menudo destructiva. (Bohm – Peat, 1998, p. 128)”
El tiempo, contra el que compite el ser humano, considerado entonces como uniforme y fluido por entre el espacio y el universo, es puesto en duda por la “teoría de la relatividad[9]”, al demostrar que la “noción de flujo de tiempo depende de la velocidad del observador, y en este sentido establece que el rasgo fundamental del tiempo es que todo es mutable pasajero” (Bohm-Peat, 1998, p. 128). Esta nueva visión acerca de la “relatividad” pone de manifiesto la emergencia de otro orden, uno en el cual ya el tiempo no sólo es el afán del hombre sino su oponente permanente, al cual opone su concepto de productividad en el marco de la racionalización del trabajo, el cual “tiende en amarras” al individuo, intentando despojarle del sujeto, para individualizarlo como recurso productivo. En este coontexto, y desde entonces, el hombre inventa y se pierde para si mismo en los “espejos opacos”. Talvez expresado esto de la siguiente forma:
“El hombre acaba de abdicar su voluntad de poder para ponerse a la voluntad de poder” (lecturas Pablo Morillo, Ensayos sobre el poder)
En la perspectiva de este nuevo sentido del orden relativo, el ser humano debe desarrollar habilidades para la formación de categorías que le ayuden a comprender y expresar la realidad, pero éstas solo estarán disponibles para el entendimiento humano en la medida que éste pueda percibir y distinguir entre similitudes y diferencias. Tal como lo expresan Bohm y Peat:
“La percepción comienza recogiendo diferencias que son los datos primarios de la visión, para luego utilizarlos en la construcción de similitudes” (p. 129)
La importancia de la formación de categorías en relación con el sentido del orden y el espacio, radica entonces en el hecho de que estas categorizaciones es una manera de ordenar el universo tan primitivo como importante (Bohm-Peat, 1998, p-131). Pero, esta categorización es precisamente la relación que se puede encontrar entre la percepción y la comunicación que opera dentro del contexto global de una estructura social dinámica (Bohm-Peat, 1998- p- 131).
En consecuencia, un nuevo elemento que se puede reconocer en la construcción de espacios de poder a partir del sentido del orden es precisamente el “lenguaje humano” como delineante del orden imperante, canal de expresión entre la posición dominante y la posición dominada en un espacio de poder construido en las estructuras sociales respectivas. De esta manera, el cuerpo, se presenta tejido con el hilo del significante y por lo tanto el ser humano se reinventa en el lenguaje y a través de él expresa su sentido del orden, su relación con el espacio y el poder. Sin embargo, este nuevo ingrediente del lenguaje en la producción de la comunicación que puede expresar las relaciones de poder en un orden y espacio determinados no esta libre de patologías, tal como lo expresan Bohm y Peat :
“La estructura del lenguaje y la sociedad, se hacen rígidas y persisten de manera inapropiada en el nuevo contexto…sólo cuando la inteligencia opera de manera libre y creativa puede la mente abandonar las estructuras de categorías rígidas, y ser por lo tanto capaz de comprometerse en la formación de ordenes nuevos” (p. 133)
Queda evidenciado, que no existe un orden único que pueda dar cobertura a la totalidad de la experiencia humana, y a medida que los contextos cambian, los ordenes deben ser constantemente creados y modificados. Por ende, los espacios de poder son así mismos transformados en el contexto, y las relaciones en la estructura social se ven ajustadas por estos nuevos órdenes. Luego se destaca, que la noción de orden también depende de la realidad del contexto, indicando que el orden no es ni subjetivo ni objetivo, ya que cuando se revela un nuevo contexto aparece la noción de orden diferente (Bohm-Peat, 1998, p- 143)
De esta manera, es menester distinguir por lo menos dos categorías de orden: La descriptiva y la constitutiva. En la primera de ellas, las coordenadas no tienen en si misma existencia material con respecto al objeto. Estas pueden verse reflejadas en las relaciones tacitas de poder al interior de las organizaciones, mediadas por el sentido de Jerarquía, generalmente sólo reconocidas a través del lenguaje utilizado en las relaciones interpersonales al interior de las estructuras sociales (empresa, familia, grupos, etc…). En segundo lugar, el orden constitutivo, el cual se reconoce por la presencia material del objeto. En este sentido, se puede entender la Jerarquía expresada en un espacio físico, el cual, al interior de las empresas esta demarcado físicamente por divisiones territoriales: la oficina del jefe, la oficina de la secretaria, etc… sin embargo debe entenderse que no existe exclusión en las dos formas de orden expresados, pues como bien lo reconocen Bohm y Peat: “todo orden constitutivo tiene alguna significación descriptiva y todo orden descriptivo tiene una base constitutiva” (P. 137)
Luego los espacios y las relaciones de poder en el marco de las organizaciones empresariales no sólo están expuestos a los cambios del contexto, sino que también se construyen en lo tácito y lo expreso a partir de estructuras basadas en el orden, teniendo en cuenta que la palabra estructura significa también disposición, conexión y organización de elementos mas sencillos.
Por lo tanto, puede entenderse, que el espejo opaco en la perspectiva del sentido del orden en la construcción de espacios y relaciones de poder al interior de las organizaciones opera en la medida en que se desconoce la importancia de estar abiertos a nuevas nociones de orden general. No por reconocer el cambio de contexto, se quiere decir que se éste en este cambio o que por lo menos se comprenda. Reconocerlo no es necesariamente comprenderlo y mucho menos aceptarlo. De esta manera, organizaciones se ven “oscuras[10]” para enfrentar nuevos contextos aun a sabiendas que algo nuevo existe en el ambiente.
De igual manera, la construcción de espacios y relaciones de poder se ven sujetos a los diseños organizacionales no sólo en lo descriptivo sino también en lo constitutivo. La ubicación del individuo al interior de la organización está sujeta a una jerarquía, a una posición de mando y a una subordinación encadenada y orientada por el sentido del orden que se tenga concebido en la organización, que se enfrenta a los escenarios de la incertidumbre y la probabilidad. Como lo expresa Buman Zygmund[11]:
“Las cosas están ordenadas si se comportan como uno espera que lo hagan; es decir, uno puede dejarlas a un lado cuando planifica sus acciones. Esta es la principal atracción del orden: la seguridad que acompaña a la capacidad de predecir, con escaso o ningún error, cuales serán las consecuencias de nuestras acciones…Por decirlo en pocas palabras: las cosas están en orden sino tenemos que preocuparnos por el orden de las cosas; las cosas están ordenadas si pensamos o no tenemos la necesidad de pensar, en el orden como un problema y mucho menos como una tarea. (p. 43) –negritas fuera de texto-
Ahora bien, el “orden estático-circular[12]” en el sentido mecánico no genera los problemas de incertidumbre, y las organizaciones en este contexto pueden construir relaciones de poder de un alto poder prescriptivo y predictivo. Sin embargo, la realidad de los contextos establece que cualquier intento de poner las cosas en orden se reduce a manipular las probabilidades de los acontecimientos…La cultura manipula las probabilidades de acontecimientos a través de la actividad de la diferenciación. (Baumen, 2001, p- 44)
Luego, no es de esperar para contextos actuales y futuros que los nuevos órdenes sean estáticos, sino por el contrario de mayor dinámica, y en consecuencia, la construcción de espacios y relaciones de poder serán transformados a nivel de las burocracias administrativas al interior de las organizaciones tanto públicas como privadas. Expresado esto en palabras de Bauman:
“El descubrimiento del caos refuerza el celo por el orden y las pasiones que rodean el hábito de la creación, la protección y la reparación del orden. Luego citando a Michel Crozier : esta otra fuente es el uso de la ausencia del orden, del caos, como importante arma de poder en su intento de hacerse con el dominio. La estrategia de la lucha por el poder es convertirse en la variable desconocida en los cálculos de los demás, al tiempo que se les niega un papel similar en sus propios cálculos. En otras palabras esto significa que el dominio se consigue eliminando las reglas que limitan la libertad de elección de uno, a la vez que se imponen otras reglas limitadoras posibles a la conducta de todos los demás. Cuanto mayor sea mi margen de maniobra, mayor será mi poder. (p. 45-46) – negritas fuera de texto-
De tal modo que dada la lucha por el poder, la construcción del orden tiene que ser un proceso lleno de conflictos. “Lo que constituye orden para quienes están en el poder se parece inquietantemente al caos para aquellos a quienes gobiernan”.(Bauman, 2001, p. 46).
De esta manera el sentido del orden permite reconocer que en la construcción de espacios y relaciones de poder intervienen ahora los elementos constitutivos de la incertidumbre y el conflicto. Estas consideraciones llevan a las organizaciones a desarrollar estructuras para afrontar lo desconocido del mañana y a modificar su sentido del poder no sólo al interior de sus estructuras sino en el medio externo en donde se ven enfrentadas a variables que están por fuera de su control.
Por lo tanto, se ratifica aquí, que el contexto y su evolución determinan el sentido del orden percibido por cada organización y a su vez modifica la conducta de las mismas hacia su interior y el medio externo.
En consecuencia, la distribución del espacio al interior de las empresas es una manifestación del orden constitutivo que implica para cada organización, el cómo entiende ésta su delineación en el espacio y la distribución del poder, la construcción de relaciones y el sentido de jerarquía, orientadas a la obtención de la productividad que requiere para sostenerse en los espacios físicos externos del mercado.
Según lo anterior, orden, espacio y poder, se relacionan a través del conflicto, la jerarquía y los ordenes descriptivos sin presencia material pero igualmente reales y presentes en los ordenes constitutivos de cada organización. Por lo tanto, el efecto opaco en el espejo es producto de las entropías desarrolladas en el caos por el diseño del “orden” al que cada organización se enfrenta en su proceso evolutivo frente a los escenarios inciertos de una economía de cambio y de un cambo constante en la economía a partir de los modos de producción y el sistema económico imperante como máxima expresión del orden dominante en los contextos.
3. DIALOGO ORDEN- PODER EN LA PERSPECTIVA DEL SUJETO-INDIVIDUO EN LA ORGANIZACION
“Sólo se le da ordenes a aquel que no sabe obedecerse así mismo” (Nietzsche)
En el apartado anterior, se ha propuesto una descripción general acerca de las implicaciones del sentido del orden en la construcción de los espacios y relaciones de poder. Se ha dejado claro, que la incertidumbre subyacente al caos hace de necesidad imperante para que el ser humano construya sentidos diversos del orden que le permita intervenir en su realidad. De esta misma manera, las organizaciones inmersas en los “órdenes estructurados” no por la naturaleza sino por los actos creativos de la inteligencia humana delimita la acción humana no sólo al interior de las organizaciones sino también en sus grados de respuesta a los ordenes naturales externos cargados de caos e incertidumbre.
Sin embargo, como el asunto tratado está en la perspectiva de la construcción de espacios y relaciones de poder y el cómo sus anomias se ven manifiestas en los espejos opacos, se hace necesario entender este efecto opaco en la perspectiva del sujeto y el individuo en la organización y cómo intervienen en ellos y por ellos el sentido del orden, el poder y los espacios constitutivos de las relaciones al interior de la organización.
En sintonía con el propósito propuesto, cabe preguntarse ¿Cómo se relaciona el sujeto con el sentido del orden en la construcción de espacios y relaciones de poder en la organización?
Desde la perspectiva estructural, la noción de sujeto es incompleta, es “un ser en falta”, en una búsqueda constante por respuestas, en esta dirección, el sujeto desarrolla un orden del saber que estructura en tres categorías básicas de orden general: Un orden creacionista en el cual busca la unidad, el principio y el fin; una visión positivista que le ayude a comprender las leyes de la “natura”; y un orden simbólico a través del lenguaje. Es talvez este último orden, el que le ha otorgado al sujeto su potencial. La creación de un sistema de signos potencia al sujeto en la construcción no sólo de los ordenes de funcionamiento en sociedad, sino también le permite orientar su sentido en la construcción de espacios y relaciones de poder, es el signo, a través del significante y el significado el que le permite comprender, al sujeto, su posición relativa en el grupo.
Se evidencia de esta manera la relación del sentido de poder a partir del sujeto en intima articulación entre espacio y sistema de signos. Estos dos últimos, manifiestan, el primero, el “orden constitutivo y el segundo, el orden descriptivo que le entregan al sujeto una respuesta mental acerca de la “cosa” de lo que ella es y no es, de su potencia o su no potencia, de su pertinencia o no pertinencia.
Así, entonces, el sistema de signos (y simbolismos) que operan por los elementos del lenguaje en el “sujeto al interior de la organización”, le entregan a éste, su posición en la escala jerárquica, su función de utilidad, y lo delimitan física y ontológicamente en el marco del sistema estructural de la empresa. De esta forma, el sujeto aunque no deja de ser, es sustraído de su condición de sujeto para ser transferido a su condición de individuo, sobre el cual se pueden operar los diversos sistemas de signos y símbolos que lo miden no como sujeto, sino como individuo, materia prima para aportar energía al desarrollo de tareas repetitivas o no repetitivas en su espacio de producción.
Por lo tanto, el sujeto “en su condición de individuo es alienado de su propia voluntad subjetiva[13]” a una unidad de necesidades esenciales para la configuración del poder de individuos sobre otros individuos, esto es, las necesidades de: “Alimento, que le entrega su supervivencia; Lenguaje, que le otorga el sentido; Nombre, que le otorga identidad; y Satisfacción, que le entrega sus sentido de placer[14]”.
En consecuencia, el sujeto entrega su voluntad de poder a la voluntad del poder. La cuestión aquí seria entonces ¿sobre quien se aplica la voluntad del poder en la organización, sobre el sujeto o sobre el individuo? ¿Qué relación subyace en la organización, entre el orden, el espacio y el poder?
Es evidente, entonces, que en el marco delimitado de las estructuras organizacionales, la voluntad del poder, es aplicada al individuo a través del sistema de símbolos que operan por intermedio del lenguaje tácito y explicito, pues el sujeto como tal es un ser in-adaptado que no acepta medidas y que transcurre entre el lenguaje y la pulsión. Llevándolo el primero a la noción de incertidumbre, y la segunda a la noción de in-satisfacción. Esquemáticamente podría representarse de la siguiente manera:
Figura 3. El sujeto entre el lenguaje y la pulsión[15].
De esta manera, se entiende que el sujeto desarrolla el orden simbólico y el individuo un orden mecánico que interactúan en el marco de la realidad. El primero mantiene al sujeto en estado de in-adaptación y el segundo le otorga al individuo un estado adaptativo.
Esto explica, el sentido de la disciplina abordado desde la perspectiva de los espacios cerrados. En la organización el espacio cerrado sigue vigente como fuerza disciplinante al servicio del poder. Así, las relaciones de poder se construyen y se mantienen por el sentido del orden imperante en la organización pero este mismo orden sólo puede ser sostenido mediante la existencia física o virtual de un espacio sobre el cual “el poder puede actuar”. Imaginémonos por un momento estos escenarios:
a). Una iglesia que en lugar de tener sus sillas orientadas en columnas y filas, las tuviera orientadas en círculos o figuras hexagonales.
b). La Oficina de la gerencia general no ubicada en el ultimo piso del edificio principal, sino en el primer piso de la planta de producción.
c). La Jerarquía militar ordenada no en forma vertical sino circular.
d). La sala de espera en los aeropuertos en la zona de abordaje, orientadas de manera circular y no en filas y columnas.
En relación con los espacios cerrados para la acción que disciplina al trabajador en un sistema económico capitalista, la exigencia en productividad es la meta del capital frente al trabajador. Foucault lo expreso de la siguiente manera:
“En el actual proceso capitalista del trabajo, la disciplina parece actuar por cuenta propia. Ejercida o sufrida, la disciplina aparece indudablemente como la forma normal, normalizada y normalizante de la relación de subordinación del trabajo al capital”. (p. 82)
Ahora, qué es, lo que encontramos de común en los ejemplos anteriores: Pues, que en todos ellos el espacio es delineado cartesianamente entre filas y columnas y de la misma manera son construidas las líneas de poder en la organización.
Frederick Taylor, observo esta relación importante, y encontró en ella la forma de disciplinar al obrero en función al orden espacial de su proceso productivo y a su ubicación cartesiana en la organización. La cuestión es si todavía persiste esto en la empresa moderna.
Por lo menos en las observaciones que se han realizado en visitas empresas y lugares públicos, el orden cartesiano en la distribución del espacio es una constante en todas. “Así, todo el que este detrás de un mostrador tiene el poder”. Y, esta línea de poder es demarcada por sistemas de símbolos del orden descriptivo y constitutivo al interior de la organización en todos sus espacios, “Nadie entra a la oficina del jefe sin antes pasar por la oficina de su secretaria”.
Figura 4. Distribución del Espacio y su relación con el poder
Luego, la distribución del espacio y la “distancias psicológicas” establecidas, intermedian las tensiones que se ocasionan entre quien ejerce el poder y quien recibe su acción. Lo que subyace entonces al interior de la organización es una lucha permanente por el reconocimiento mutuo. La tensión se ubica en “momentos continuos” a partir de la alienación del sujeto, y éste, contemplado como individuo, pierde y disminuye drásticamente su oportunidad de reconocerse, reinventarse a partir del otro, de esta forma, su imagen es opaca en el espejo de la organización.
Es por lo tanto, el orden constitutivo de la organización un determinante del espacio físico o virtual, capaz de crear las diferencias que confrontan a las personas al interior de la empresa; confrontación que trata de ser superada “por las mascaras humanas” que luchan internamente entre el sujeto y el individuo frente a las ataduras normativas y regladas que impone el ejercicio del poder. De esta manera, cada empresa es la expresión particular y diferenciada de un tapiz de costumbres organizacionales que envuelven no sólo al orden mismo, sino el delineamiento de los vectores de poder. Michael Renault, lo expresaría:
“Así, cada empresa es portadora de una reglamentación de la palabra: ella tiene su derecho de costumbre, sus desafíos homéricos y sus condenas… esta dicho que primera persona es aquella que habla en su nombre, y también que segunda persona es aquella a quien uno le habla; entonces, ¿la que escucha? (p. 2-5)
En el marco de dominio que cada empresa constituye en su propio orden se establecen entonces las relaciones de poder que atraviesan a ésta en toda su estructura organizacional. Estas relaciones de poder, se podrían representar de la siguiente forma:
Figura 5. Expresión de las relaciones de poder al interior de la organización.
Elaboración propia, adaptada de notas de clase con el profesor Pablo Morillo
En seminario sujeto, poder y organización. Curso doctoral
Es de suponer entonces, que una visión más funcionalista, se preguntaría ¿Cómo hacer para que el uso del poder en relación cono el espacio, el tiempo y el individuo (ya no el sujeto), sea más eficaz?
Si en la perspectiva estructural, el hombre y su imagen se pierden el en espejo opaco, en la visión funcional, no sólo se pierde su imagen, sino que se niega a si mismo su existencia al verse reducido a funciones cartesianas de optimización. Luego, subyace a esta función de eficacia, el concepto del control.
La fabrica, reduce al sujeto a su función como individuo, éste, en su sentido de unidad presupone y prioriza la función de supervivencia, y, es aquí cuando entrega su voluntad de poder, a la voluntad del poder, que lo orienta a la tarea, a los resultados. Pero en este escenario, el control debe florecer, pues el presupuesto esta basado en la desconfianza.
Sin embargo, el sujeto no ha sido totalmente enajenado del individuo, y, es desde las cenizas del sujeto, que éste se reinventa (el individuo), con mayor autonomía y confianza en si mismo. Ahora el problema para la voluntad del poder, no es como disciplinar por dentro de la empresa, sino como lograr disciplinar desde afuera de la empresa a éste nuevo sujeto-individuo mas reflexivo. “Se trata ahora de moldear y controlar las necesidades y motivaciones del trabajador para adecuar sus conductas a los fines trazados por los administradores: Lograr la autorrealización (Maslow, 1954); alcanzar el liderazgo (Lewin, 1935, Likert 1961); la motivación (Maslow, 1954[16])”
Se reduce ahora la eficacia del poder, en lograr que la conducta del trabajador no solo sea controlada desde adentro, sino, que ésta, también debe ser moldeada desde afuera, interviniendo si son necesarias, sus propias raíces ontológicas, axiológicas:
“Una administración que tenga éxito depende, no del todo, pero si en grado considerable de la capacidad de predecir y controlar la conducta humana (Mc.Gregor, 1994, p.4)
De esta manera, la relación tria-lógica entre orden, espacio y poder, se encuentra plasmada en la evolución de la fabrica a la empresa, desde una administración “científica” mediada por el control de tiempos y movimientos, a una administración mediada por la tecnología en la cual el tiempo se ha convertido en un recurso del proceso productivo, recurso que aunque no esta bajo el control directo del hombre y de la voluntad del poder, si se expone a la influencia de éstos en el marco de un sistema económico en el cual los espacios físicos han venido siendo reemplazados por los espacios virtuales, y a su vez, se transita de ordenes constitutivos a ordenes descriptivos en la construcción de las relaciones de poder.
4. REFLEXION:
Existen por lo tanto, evidencias pertinentes para establecer las relaciones que se dan entre orden, espacio y tiempo para la construcción y aplicación del “poder” en las organizaciones.
Si bien es cierto, el ser humano ha venido padeciendo históricamente la alienación de su propio sujeto frente al individuo que representa, así mismo es cierto, que el sujeto no puede por siempre ser reprimido, este, sigue vigente al interior de cada ser humano indistintamente del tipo de sociedad en la que se encuentre y el tipo de orden establecido. Y es a través del lenguaje en su acción comunicativa, que el sujeto renace al interior de las organizaciones. El lenguaje informal es muestra de ello.
El sujeto ante el espejo aun sigue siendo opaco en su imagen, pero no significa esto, que este efecto es eterno, todo lo contrario, solo esta indicando que el “sujeto en la organización se toma su tiempo”, que, en un futuro las empresas replantearan necesariamente sus estructuras y formas de delinear el poder, que, poco a poco, el sujeto establece para si una imagen capaz de ser reflejada y reflexiva. Por otro lado, el poder “representado en la voluntad del poder”, debido a las modificaciones de contexto, tendrá que modificar sus funciones y relaciones en el espacio organizacional.
5. BIBLIOGRAFIA
Albano, Sergio., Glosario de Aplicaciones Michael Foucault. Editorial Cuadrata, 2005. Pp.57-72
Bauman Zygmund., La Sociedad Individualizada. Ediciones Cátedra, 2001. pp. 12-52
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[1] Del acto de reflejarse
[2] Entiéndase organización como la forma organizada del trabajo humano al interior de las empresas, y la empresa como el armazón de la estructura de esta organización. Entendida de otra forma como el interaccionismo simbólico nacido de la decodificación permanente de la trama continua de las interacciones interpersonales en el ejercicio cotidiano de sus respectivas funciones organizacionales.
[3] Drácula el historico personaje del cine, manifiesta su existencia dual, sin embargo carece del don del reflejo en los espejos como parte de la maldición con la que debe cargar su existencia: “existir y no verse”
[4] Se debe entender que están en existencia hombres con poder y hombre sin poder .
[5] Cita tomada por Bohm y Peat en 1998.
[6] Es lo que Bohm y Peat definen como un orden descriptivo pues es de esencia inmaterial a pesar de que se tiene la certeza de su existencia.
[7] Con el animo de no ser mal entendido por exclusión de genero, hago la aclaración que al referirme a los hombres es mi deseo referirme tanto a hombres como mujeres en todas las edades y momentos
[8] Michael Foucault, y otros. Espacios de Poder, ediciones la Piqueta, 1981, Madrid España. P. 34
[9] Lease Albert Einstein. Con el nombre de Teoría de la Relatividad se engloban generalmente dos cuerpos de investigación en ciencias físicas, usualmente conectadas con las investigaciones del físico Albert Einstein: su Teoría de la Relatividad Especial y su Teoría de la Relatividad General. La primera, publicada en 1905, trata de la física del movimiento de los cuerpos en ausencia de fuerzas gravitatorias. La segunda, de 1915, es una teoría de la gravedad que reemplaza a la gravedad newtoniana pero se aproxima a ella en campos gravitatorios débiles. La teoría general se reduce a la especial en ausencia de campos gravitatorios. La idea esencial de ambas teorías, es que dos observadores que se mueven relativamente uno al lado de otro con gran velocidad, cercana a la de la luz, a menudo medirán diferentes intervalos de tiempo y espacio para describir las mismas series de eventos. Es decir, la percepción del espacio y el tiempo depende del estado de movimiento del observador. Sin embargo, a pesar de esta relatividad del espacio y el tiempo existe una forma más sutil de invariancia física, ya que el contenido de las leyes físicas será el mismo para ambos observadores. Esto último significa, que a pesar de que los observadores difieran en el resultado de medidas concretas de magnitudes espaciales y temporales, encontrarán que las ecuaciones que relacionan las magnitudes físicas tienen la misma forma con independencia de su estado de movimiento.
[10] La oscuridad es una cualidad del espejo opaco, ella no refleja la imagen.
[11] BAUMEN, Zygmund., La Sociedad Individualizada. Ediciones Cátedra Grupo Anaya S.A, 2001, Madrid, España.
[12] En este movimiento estático-circular, se entiende una posición no variante en el tiempo aun así se este dando algún tipo de movimiento, es como el volver siempre al mismo lugar de partida sin avanzar, solo recorrer camino.
[13] Esta alineación es probablemente una de las causas para que el sujeto vea su imagen opaca en el espejo, pues el ser alienado de su condición subjetiva le resta capacidad para inventarse permanentemente en el otro. Como lo planteara Lacan “Uno busca la unidad en el otro” (El Nudo del Deseo)
[14] Tomado de notas e clase el curso de Sujeto, Poder y Organización, dictado por el Profesor Ph.D Pablo Murillo, de la Universidad EAFIT, Colombia.
[15] Ibid 12
[16] Nota tomada de la autora Olga Lucia Garcés, titulada: La ideología de control en el pensamiento administrativo, revista Administer Nro.1, Junio 2002, p.23) Universidad EAFIT. Escuela de Administración.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
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