domingo, 22 de julio de 2007

CONOCER


“CONOCER[1]


“Conocer se valora en la actualidad como la posesión de los medios para predecir, controlar y manipular las cosas. Desde Francis Bacon eso ha sido siempre muy importante, pero nunca tan predominante hoy día” (David Bohm)

Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber. El placer que nos causan las percepciones de nuestros sentidos son una prueba de esa verdad. (Aristóteles-La Metafísica)



¿Cómo conocemos? El ser humano por naturaleza es adicto a la verdad. El conocimiento existe dentro de las personas, como parte de la complejidad humana y de nuestra imprediscibilidad (Ross y Vong, 1996, pp.333-337). Conocemos, porque el ser humano tiene la capacidad de cuestionarse, de ordenar sistemáticamente sus cuestionamientos y de sistematizar de forma lógica las respuestas que obtiene. Conocer, es simplemente el “acto de conocer”, comprender en primera instancia las “limitaciones y fronteras” de nuestro conocimiento, lo cual implica hacer un reconocimiento de nuestra ignorancia. Seguidamente, conocer, es pensar, pero el pensamiento a pesar de ser una acción natural en el ser humano, debe ser coherente y debe tener una fuerza motriz. Pensar por pensar, no produce el “conocer”, lo que infiere que el pensamiento debe ser coherente, lógico, y consistente, y que la fuente de este pensamiento es primera instancia “la idea”.

Ahora bien, si la idea es la fuente del pensamiento, pero éste, solo es propio del interior del hombre, entonces, ¿que nos hace pensar que el “conocer” proviene de una fuente distinta al mismo ser? En Sócrates encontramos el “conócete a ti mismo”, en Descartes el “Pienso , luego soy”; a pesar de que el primero hace referencia al reconocimiento de la ignorancia, y el segundo hace referencia al “ser” como fuente de conocimiento, ambos tienen en común que parten de lo mas interior de la ontología del ser humano. En consecuencia podría inferirse, que “conocer es un acto solo humano”, que todo lo que se produce por este acto es conocimiento, y que este conocimiento es en principio la materia prima que le permite al ser humano construir su complejo tejido de relaciones con el entorno y con el mismo.

Desde esta perspectiva, el acto de conocer y la forma de cómo se conoce, obedecen a la unidad del saber, del comprender y del actuar humano, sin que hasta este momento, se pretenda la aplicación de categorías de conocimiento. El ser humano solo sabe que puede llegar a conocer.

¿Por qué si el “conocer” es un acto natural del ser humano, el conocimiento se ha hecho cada vez más complejo? En su intento por comprender el universo y las relaciones del hombre con la naturaleza, el hombre ha creado la “ciencia” como parte del conocimiento y lo que en principio parecía ser la fuente en la unidad del “conocer” sistemático y coherente, ha desbordado su propia unidad y trascendido a un esquema de especialización que ha llevado a la “fragmentación” del conocer, provocando una ruptura en la noción de comprensión científica la que se hace incompatible con una actitud “fragmentaria de la realidad” (Borhm y Peat, 1998- p. 27). Sin embargo, a pesar de esta fragmentación y ruptura, no se puede pensar que la ciencia como un cuerpo de conocimientos científicos ha fracasado, de esta manera escribe Kuhn :

“Si la ciencia es la constelación de hechos, teorías y métodos recogidos en los textos al uso, entonces los científicos son las personas que, con éxito o sin él, han intentado aportar un elemento u otro de esa constelación concreta. El desarrollo científico se convierte así en el proceso gradual mediante el cual esos elementos se han sumado, uno a uno y en combinación, al acervo siempre creciente que constituye la técnica y el conocimiento científico” (p. 24)-negritas fuera de texto-

Expresa aquí Kuhn, con claridad, la existencia de hechos científicos que son llevados a la comprensión científica a través de teorías y métodos, y sin embargo a pesar de la existencia de una fragmentación del conocimiento, finalmente se puede re-encontrar la unidad del conocimiento en la combinación del acervo que se refleja en la aplicación de técnicas y tecnologías.

De este modo, el ser humano, se enfrenta a la pregunta de ¿Cómo produzco conocimiento?. Ya es claro que el hombre puede conocer, pero las relaciones complejas con su entorno físico, social, y espiritual, lo lleva a la necesidad de diseñar una arquitectura coherente que oriente su capacidad de pensamiento. Esto implica, que el ser humano, a pesar de que puede conocer de forma natural, este conocimiento solo podrá ser superior si logra ir más allá de la doxa, para llegar a la espísteme de las distintas formas de conocer.


De tal modo, que esta arquitectura ha sido construida a partir de un pensamiento científico orientado por un método, dando lugar a tres formas básicas: la deducción, la abducción y la inducción. Todas en busca de la “verdad científica”. Sin embargo, ¿que tanta verdad científica es necesaria al momento de estudiar lo humano en relación a lo humano, lo humano en relación a su entorno? La regla científica propone la evidencia como criterio de verdad (Descartes-Discurso del método), sin embargo, el material del conocimiento no es otro que ideas, luego estas ideas solo pertenecen a lo humano, por lo tanto, la verdad puede no solo ser observada a partir de la evidencia física-matemática, sino también de la “evidencia comprendida y aprehendida” que subyace alrededor de la “acción y el espíritu humano” en su vida individual y colectiva. Como lo diría Descartes: “Esta operación de conocer lo evidente o intuir la naturaleza simple, es la primera y fundamental del conocimiento”.

En consecuencia, ¿es la lógica y la matemática, la condición sine-cuanun para que el ser humano pueda construir un conocimiento verdadero que le permita establecer contacto con la realidad y la verdad científica? Desde el punto de vista de Bunge (1989), la lógica y matemática son el único medio con el que se puede establecer contacto con la realidad a través del puente del lenguaje tanto el ordinario como el científico. Sin embargo, David Bohn (1998), plantea que “es arbitrario decir que las matemáticas deben jugar un papel único en la expresión de la realidad. Las matemáticas solo son una función de la mente humana, y otras funciones, pueden con toda seguridad, ser igualmente importantes, incluso en la física.”. De igual manera , Alfred Korzybski, decía, que “las matemáticas son un esquema lingüístico limitado, que permite una extrema precisión y coherencia, pero al precio de una abstracción tan extrema que su aplicabilidad ha de tenerse cuidado de limitarse… porque la “cosa” es siempre más de lo que nosotros queremos decir y no se agota nunca con nuestros conceptos. Y, la “cosa” es también diferente de lo que queremos decir, aunque solo sea porque ningún pensamiento pueda ser absolutamente correcto cuando es ampliado de manera indefinida”. De esta manera, puede refutarse a Bunge cuando plantea que el carácter matemático del conocimiento científico es lo que lo hace racional. Pues esta claramente demostrado que la “razón humana” puede producir otras formas coherentes de racionalidad que también pueden aportar al avance del progreso “científico”
Finalmente, el hombre representa su universo, lo transforma según racionalice su interpretación y su significado (Peirce-1887), modifica permanentemente sus estructuras de aprender, aprehender y conocer, en su inagotable tarea natural de búsqueda de la “verdad”, que le permita la aproximación más cercana posible a la realidad, pero esto, solo en el marco de lo social, pues conocimiento científico o no-científico, solo tiene sentido si se reconoce en lo social, en lo colectivo como parte de su infraestructura y su cuerpo de ideas claras, sistemáticas, coherentes y lógicas.

BIBLIOGRAFIA.
· Aristóteles, Metafísica, Editorial Espasa Calpe S.A, colección ciencias y humanidades, Primera edición 2007.
· Bohn D., Peat, F.D; Ciencia, Orden y Creatividad: Las raíces creativas de la ciencia y la vida. Editorial Kairos, Tercera Edición, 2003.
· Caldwell, B.J. «Clarifying Popper», Journal of Economic Literature, 29(1), 1991, p. 1-33.
· Descartes, R. El discurso del método. [publicado en 1637].
· Eisenhardt, K. Building theories from case study research, Academy of Management. The Academy of Management Review, 14(4), 1989, p. 532-550.
· Eisenhardt, K. Theory building from cases: Opportunities and challenges, Academy of Management Journal, 50(1), 2007, p. 25-32.
· Kuhn, T.S., La Estructura de las Revoluciones Científicas. Editorial EFE (Fondo de Cultura Economica) segunda edición 2004.
· Mario Bunge, La Ciencia. Su método y su filosofía. www.philosophia.cl/Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.
· Peirce, Charles Sanders [artículos publicados en 1877-1878]. «The fixation of belief» y «How to make our ideas clear», in Charles S. Peirce: The essential writings, Moore, E.C (editor), Harper & Row
· Ross, J., Von Krogh, G. «The epistemological challenge: managing knowledge and intellectual capital», European Management Journal, 14(4), 1996, p. 333-337.
· Samuels, W.J. Signs, Pragmatism, and abduction: The tragedy, irony, and promise of Charles Sanders Pierce, Journal of Economic Issues, 34(1), 2000, p. 207-217.
[1] Orientado a la síntesis del objetivo de la sesiones 1 “Explorar los fundamentos filosóficos del conocimiento, analizar y discutir los mecanismos de estructuración del conocimiento y las implicaciones epistemológicas.

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